jueves, 29 de diciembre de 2011

Drive: revival ochentero para cerrar el año


El nuevo trabajo del danés Nicolas Winding Refn, Drive, protagonizado por Ryan Gosling, se estrenó hace unos días en España. La película, que le dio a su director el premio como Mejor Director en Cannes, está basada en la novela homónima de James Sallis, y adaptada para la gran pantalla por Hossein Amini. Protagonizada por Ryan Gosling, un experto conductor que aprovecha su talento para ganarse la vida de dos maneras; por el día, cuando no trabaja en un taller, es un especialista de cine en las escenas de riesgo, y por la noche ofrece su volante para participar en fugas delictivas. Un día descubre que han puesto precio a su cabeza tras un golpe que no sale bien.

Al protagonista se le conoce simplemente como Driver, un antihéroe anónimo sin pasado ni vida aparente. Es, sencillamente, un auténtico ser humano, un auténtico héroe, como reza una de las ochenteras canciones de la banda sonora. Driver recuerda a algunos de los héroes del pasado, esos personajes del cine que interpretaban Steve McQueen y Clint Eastwood. Hombres que hablaban poco pero que lo decían todo con sus actos. La novela del mismo nombre escrita por James Sallis fue el catalizador que puso en marcha los motores de los productores Marc E. Platt y Adam Siegel de Marc Platt Productions y que les llevó a convertir este pequeño libro en un largometraje.  Hossein Amini (al que los realizadores llaman Hoss), nominado a los Premios de la Academia® por su adaptación de la novela de Henry James Las alas de la paloma, fue contratado para convertir la novela en un guión. "Era extraño que un estudio quisiera llevar a la pantalla un libro como ese porque era muy corto, muy oscuro. Era casi como un poema".

Y esa poesía literaria ha sido trasladada a la pantalla como una poesía visual. Algunas de las secuencias son de una belleza casi poética y que no pasaron desapercibidas en el festival de Sitges, donde llegaba tras la gran  gran acogida en Estados Unidos.  Drive fue el cierre perfecto para un Festival que intentó  mantener el equilibrio entre el lado más freak y bestia y el lado más autoral y artístico.  Quizá sea aburrida para públicos más comerciales, pero Drive es sin duda de lo mejor que ha podido verse en este 2011. 

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